viernes, 17 de mayo de 2013

Capítulo 6

No quise darle mas vueltas al asunto, aquel abrazo término y ahora la que tenía ganas salir de aquel piso era yo. Me cambie de ropa, me puse mis deportivas y salí a correr
¿qué mejor que correr con música para despejarte y tener claras las ideas?.
¿Qué era aquello que había vuelto a ver? Aquella situación una vez más, ¿debía de hacer algo? o ¿simplemente dejar que todo sucediera?.
Mientras que corría por aquellas calles, la música paro, mire mi móvil, me estaban llamando...
¿Que número era ese? Lo mejor era cogerlo para salir de dudas.
-¿Si?-respondí-
-¿Marta?- Se escucho al otro lado-
-Si, ¿quién eres?- no reconocía esa voz, aunque había algo dentro de mi que me decía que ya lo conocía-
-¿No reconoces mi voz?¿No sabes quién soy?
-Pues no, lo siento-me atreví a decir-
-¿Dónde estas?
-¿Cómo?- me quede sorprendida-
-Si si, se que has salido a correr hace unos 10mint ¿dónde estas?.
¿Estoy hablando solo?, eso es lo que debió pensar cuando colgué el teléfono. ¿Quién sería aquel colgao que me llamaba sabiendo mi vida? Ya era hora de volver a casa, empezaba a anochecer y la "Primi Sofi" no era como para dejarla sola mucho tiempo.
Llegue a casa, todo estaba en silencio, no se escuchaba nada detrás de la puerta, metí la llave en la cerradura y abrí la puerta. Todo lo que no se escuchaba detrás de la puerta se escuchaba dentro, que barbaridad pero ¿qué chillidos eran esos?, espera un momento no podía ser, lo que estaba imaginando. Corrí a la habitación de Hector y si, si era lo que imaginaba, ¿cuánto había tardado en tirársela?¿1 o 2 horas? baaaag ya pasaba de ellos 2.
Pero ¿dónde estaba Alberto?, de repente se escucho abrir la puerta, ahí estaba.
-¿Nos vamos a cenar a una Hamburguesería?-me preguntó-
-¿Invitas?
-¿A mi Marta?¿Lo dudas?-afirmo con la cabeza-
-Pues vamonos Albertini-nos fuimos los dos de la casa-
Nos montamos en el coche y pusimos mis canciones:
-¿A dónde vamos?-me pregunto-
-El que paga manda-dije sonriendo-
Arranco y nos fuimos, no hay nada mejor que pasar una buena noche con buena compañía, fuimos al Hamburguesería "La Balleno", la verdad es que tenía un nombre un poco extraño pero a la vez acogedor y cariñoso o al menos me lo parecía ami.
Llegamos y nos sentamos en una mesa, el sitio parecía muy acogedor, familiar por así decirlo. No tardo ni un minuto en venir el camarero
-Buenas Noches, ¿qué vais a querer para cenar?-nos preguntó-
-Buenas Noches, dos hamburguesas solas con queso-respondió Alberto por los 2-
Alberto y yo eramos polos opuestos, pero en comida nos gustaba casi lo mismo, es mas ninguno de los dos hemos comido nunca un potaje de arroz, aunque los nuestros digan que esta buenísimo, nosotros no hemos tenido el placer. 
Nos parecíamos solo en eso, en carácter y pensamiento, no nos parecíamos 
PARA NADA,PARA NADA, él era todo lo contrario a mi, pero dicen que aveces no hay que empeñarse en entender, que solo hay que aceptar y a eso me dedicaba yo con él. 
-Perdón, pero ¿qué vais a querer de beber?-volvió el camarero y preguntó-
-Dos Coca-Colas-respondió una vez mas Alberto-
Se me olvido decir que en bebida también coincidíamos en las bebidas. El camarero no tardo ni 10mint en traer la cena, las hamburguesas parecían piedras, estoy segura que si en aquel momento venían y atracaban esa hamburguesería yo me podía defender tirandole aquella hamburguesa, le daría una anestesia general en todo el cuerpo a aquel ladrón.
Terminamos de cenar, Alberto pago la cena como bien dije y nos fuimos a una cafetería para terminar bien la noche. Esta cafetería se llamaba Hotto, este nombre era muy raro pero sonaba muy familiar, o también me lo parecía a mi.
Nos sentamos en una mesa que había en frente de la barra, desde allí se visualizaba toda la cafetería, nos pedimos 2 Capuchinos. En aquella cafetería había un muchacho como de mi edad, que no paraba de mirarnos, yo quería decirle algo para que se cortara pero Alberto no me dejo. Llegaron nuestros capuchinos, y aquel muchacho seguía sin quitarnos los ojos de encima, término de tomarse su café y se acerco a nosotros.
-Perdona...
-Perdonado-me apresure a decir sin dejarlo terminar-
-Tú, tú...
-Yo, si yo
-¿Tú eres Marta?-me preguntó-
-Si-respondió asombrada-
-¿Y has salido a correr hoy?-me volvió a preguntar-
-Si,¿ tú eres por casualidad el que me a llamado?-pregunte asombrada- 
-¡CLARO QUE SI!-contesto muy efusivo-¡YO SOY CARLOS!
-¿Carlos?¿Tú? No puede ser-conteste levantándome rápidamente y abrazándolo-
Carlos era uno de mis mayores descubrimientos de personas, esas personas que conoces en momentos difíciles para ti, y que se hacen fundamentales. Era como un pilar para mi, super importante, cuando estaba mal ... él estaba ahí, cuando necesitaba sus consejos ... él estaba ahí, cuando necesitaba una sonrisa ... él me la sacaba.





¿Qué hacia el allí?¿Para qué había venido?...


@LaaCortes

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